
Esa situación que bien puede ser visible para el paciente o microscópica, puede estar causada por una enfermedad que produce sangrado, por ciertos medicamentos, o por condiciones médicas como piedras, infección, tumor o lesión en los riñones, el tracto urinario, la glándula prostática o los genitales.
Frente a tantas posibilidades, lo recomendado siempre es contactar al urólogo inmediatamente. Y más si dicha sangre viene acompañada de náuseas, vómitos, dolor, o dificultad para orinar.
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La hematuria se divide en dos categorías. Está la macroscópica (franca o gruesa), que es el término médico que se utiliza para describir la presencia de sangre visible en la orina. Es la que el paciente puede percibir al ver su orina roja o marrón. También existe la hematuria microscópica. Ella solamente es visible en el microscopio. Es necesario un examen de orina durante una visita al médico.
Esas dos pueden ser causadas por diversas situaciones: infecciones, tumores, lesiones que involucran los riñones, el tracto urinario, la glándula prostática y/o los genitales. También puede ser causada por una enfermedad que afecta a la sangre o por la ingestión de ciertos medicamentos.
Lo importante al detectar sangre en la orina es contactar inmediatamente al urólogo, pues la hematuria no necesariamente indica una anormalidad médica subyacente. Puede ser causada por actividades de rutina como el ejercicio vigoroso.
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La hematuria puede ser evaluada a través de Rayos X, Urografía, Ultrasonido abdominal o Pielograma intravenoso. Su tratamiento varía dependiendo de la causa, incluso llegando a ser necesaria una cirugía.
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