Lo ideal respecto al examen de próstata es tener una evaluación basal a los 40 años.
Esto con el fin de detectar de forma precoz un cáncer de próstata. Es pertinente empezar con los chequeos cuando el hombre está sano y no tiene ninguna patología prostática. Luego seguir con evaluaciones periódicas, sobre todo si el paciente tiene algún antecedente familiar de enfermedades prostáticas.
Ellos son los que tienen mayor riesgo, especialmente si el antecedente se refiere a familiares de primer grado (padres y hermanos). Este es uno de los cánceres en los que el factor hereditario tiene mayor gravitación.
Ver también: Problemas de la próstata que pueden confundirse con el cáncer
Por ende la recomendación de chequeos constantes. Mínimo deberían ser anuales. Existen exámenes de sangre para detectar valores anormales del antígeno prostático específico. También está el tacto rectal que permite detectar los tumores de forma precoz.
Si el control rutinario arroja alguna irregularidad, se deben realizar dos estudios complementarios que permitirán la confirmación histológica del cáncer de próstata.
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