Los hábitos alimenticios tienen que ver con la generación de cálculos renales.
Se forman, generalmente, por un desbalance que existe entre el líquido y los compuestos minerales que contiene la orina. Basta que haya un pequeño desequilibrio para que estos minerales se agrupen entre sí formando cristales, produciéndose verdaderas concreciones sólidas. Este desbalance suele ser el reflejo de una alteración metabólica que tiene relación con la alimentación de los pacientes.
Los cálculos representan la tercera causa más frecuente de enfermedad de la vía urinaria
Existen algunas recomendaciones relacionadas con la dieta y la adecuada hidratación. Para evitarlos, se recomienda:
-Aumentar el consumo de líquidos (2.5 a 3 litros por día). Diluir la orina dificulta la formación de cálculos. Lo ideal es ingerir líquido para producir 2 litros de orina al día.
-Consumir la mayor cantidad de citrato en la dieta. Es decir, limones, limas, melones, naranjas y tomates. El citrato equilibra el pH de la orina y puede ayudar a disolver ciertos cristales formadores de cálculos.
-Disminuir el consumo de sal. Esto disminuirá la cantidad de calcio excretado en la orina.
-Comer más verduras frescas o congeladas en lugar de enlatadas y comer menos carnes procesadas.
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