El estrés y la eyaculación precoz sí están relacionados. Tienen una relación bidireccional.
Resulta que el primero de ellos puede ser uno de los desencadenantes de dificultades para retardar la eyaculación. Puede ocasionar problemas eyaculatorios y estos a su vez pueden desencadenar mayor estrés. Es ahí cuando se crea un círculo vicioso que debe ser tratado. En caso de no serlo, puede tener impacto negativo en la calidad de vida de quienes lo presentan.
El estrés está clasificado en los factores que incrementan el riesgo de experimentar eyaculación rápida. Cuando se tiene, ocasiona un estado de tensión general que dificulta la capacidad de relajación. Y eso a su vez hace que no exista la mejor concentración al mantener los actos sexuales.
Este factor también se incluye en las complicaciones derivadas del problema porque las limitaciones para tener una relación sexual satisfactoria potencia las probabilidades de que se desencadene mayor estrés en el hombre y en su pareja.
Así que el tratamiento para la eyaculación precoz, además de la atención de un urólogo en Cali, a veces incluye la intervención de especialistas en otras áreas. Por eso en ocasiones puede llegar a necesitarse de un psicólogo.
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