El condón es un método anticonceptivo eficaz y accesible, tanto para prevenir embarazos no deseados como para protegerse de enfermedades (ETS).
Aun así, muchas personas se abstienen de usarlo por culpa de ideas erróneas que circulan de generación en generación y se replican sin ninguna base científica. Como urólogo, he podido evidenciar que los mitos alrededor del uso del preservativo son una de las principales causas de exposición a riesgos sexuales evitables. Por eso, abordaremos los más comunes, los desmentiremos con información confiable y te invitaremos a tomar decisiones responsables y conscientes sobre tu salud sexual.
Uno de los mitos más extendidos es que el uso del condón disminuye la sensibilidad y, por tanto, el placer durante las relaciones sexuales. Esta idea ha sido alimentada por la comparación errónea entre sexo con y sin protección, sin tener en cuenta que muchas veces se trata más de la actitud que de la barrera en sí.
Hoy en día existen preservativos ultradelgados, texturizados, lubricados y con diseños que intensifican la experiencia tanto para el hombre como para su pareja. El placer no se ve limitado si se elige el condón adecuado y se usa correctamente. Al contrario, brinda tranquilidad, lo que puede favorecer una experiencia más relajada y satisfactoria.
La apariencia física no es un indicador fiable de salud sexual. Muchas enfermedades de transmisión sexual pueden estar presentes sin síntomas visibles, como ocurre con el VIH, el virus del papiloma humano (VPH) o la clamidia.
Confiarse únicamente en la apariencia o el “sentido común” es una práctica peligrosa. El uso del condón es fundamental para reducir el riesgo de contagio, incluso en relaciones con personas aparentemente sanas o conocidas.
Este mito convierte el uso del condón en un asunto de desconfianza, cuando en realidad debería ser una muestra de respeto mutuo y cuidado compartido. Incluso en relaciones estables, el preservativo puede ser parte de una vida sexual responsable, especialmente si no hay intención de concebir o si uno o ambos miembros tienen antecedentes de infecciones previas. El condón no es un enemigo de la intimidad ni del compromiso. Es una herramienta para disfrutar con seguridad.
Aunque es cierto que un mal uso puede provocar roturas, los preservativos son sometidos a rigurosos controles de calidad y, cuando se usan correctamente, son altamente seguros. Las rupturas suelen ocurrir por errores comunes como usar un condón vencido, abrir el empaque con los dientes, no dejar espacio en la punta o no lubricar adecuadamente. Aprender a usar el preservativo de forma correcta es la mejor manera de evitar estos problemas. La educación sexual es clave para mejorar la experiencia de uso y reducir los riesgos.
Muchas personas han tenido malas experiencias con los primeros condones que usaron y generalizan esa incomodidad. Pero como ocurre con cualquier producto, hay variedad de marcas, tamaños y materiales. No todos los condones son iguales.
Probar diferentes opciones hasta encontrar la adecuada es una parte normal del proceso. Algunos incluso están hechos con materiales hipoalergénicos para evitar reacciones. Cuando se ajustan bien y se usan correctamente, los condones pueden pasar prácticamente desapercibidos.
Píldoras, dispositivos intrauterinos o inyecciones pueden prevenir embarazos, pero ninguno de ellos protege contra infecciones de transmisión sexual. Por eso, el condón es el único método que ofrece doble protección: anticonceptiva y preventiva.
Usarlo incluso cuando se emplean otros métodos anticonceptivos demuestra una visión completa del autocuidado sexual y reduce significativamente los riesgos en cada encuentro íntimo.
Más allá de todos los mitos, lo cierto es que el preservativo es una herramienta de salud pública que ha salvado millones de vidas en todo el mundo. Su uso adecuado y constante es una de las decisiones más inteligentes que una persona puede tomar para cuidar de sí misma y de los demás.
Por eso, desde este espacio, te invito a dejar atrás los prejuicios, a informarte bien y a hacer del condón un aliado en tus relaciones. La salud sexual es parte integral del bienestar general y está en tus manos protegerla. ¿Tienes dudas sobre cómo elegir o usar correctamente un preservativo? Consúltame y resuelve todas tus inquietudes.
* Recuerda, esta entrada es informativa y no reemplaza la consulta directa con un profesional de la salud.
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