La próstata es un órgano cuya evolución es necesario vigilar para que se desarrolle de un modo normal y sin incidentes.
Hacerlo es clave para cuidar la salud y no hay que esperar a que duela o a que haya molestias compatibles con una prostatitis para acudir al médico, porque no todas las patologías se “anuncian” con dolores o sensaciones incómodas.
En torno a los 40 años, la próstata comienza a crecer y resulta de vital importancia controlar este proceso para saber si estamos ante un caso de crecimiento benigno (lo que se conoce como HBP, “hiperplasia benigna de próstata”) o maligno (en cuyo caso nos enfrentamos a un cáncer).
El cáncer de próstata como todos los cánceres en sus etapas iníciales no dan síntomas, por ello debe de examinarse con el examen físico (tacto rectal) y el Antígeno Prostático Específico (PSA) a partir de los 45-50 años, todos los años.
Si se descubre a tiempo y se da un tratamiento correcto tiene un 95% de probabilidades de curarse. Cuanto antes se sepa a qué nos enfrentamos, más fácil será ponerle una solución y menos complicada será.
Sobre el autor